Durante la entrevista, Muñoz-Sabaté ha explicado que «una trabajadora fue despedida por darle un bocado a una hamburguesa caducada. La empresa lo consideró un hurto, pero el tribunal dictaminó lo contrario: ‘La nada no puede ser robada’”. Además, el abogado ha hablado de otras historias surrealistas que ha encontrado en los tribunales, como el caso de un matrimonio despedido por ‘amarse’ en su lugar de trabajo y, en este sentido, ha selañalado que «la justicia tiene su parte de solemnidad, pero también de performance».
En este sentido, Jordi Muñoz-Sabaté ha asegurado que el derecho laboral está lleno de situaciones que rozan lo absurdo: «A veces, los despidos se justifican por razones tan insólitas como cargar el móvil en la oficina o beber agua del grifo de la empresa». Pero, más allá del humor, afirma estos casos reflejan la lucha diaria entre los derechos de los trabajadores y las políticas empresariales. La clave, según el abogado, es saber dónde está el límite entre lo legal y lo razonable.
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