En nuestro programa hemos entrevistado al fundador de B de Bocata, Borja Poal, quien nos ha contado cómo ha convertido su pasión por la gastronomía y la inclusión social en un modelo de negocio único. Exterapeuta de drogodependencia, Poal decidió unir su experiencia en reinserción sociolaboral con su amor por la hostelería. Así nació B de Bocata, una propuesta que ofrece bocadillos de alta cocina mientras da empleo a personas en riesgo de exclusión social. «Queremos que nuestros clientes nos elijan por la calidad de nuestros bocatas, no por la historia que hay detrás. Eso es verdadera inclusión», ha afirmado.
El proyecto, que ya cuenta con dos locales en Barcelona y la Costa Brava y planea su tercera apertura, emplea a un 85% de personas procedentes de colectivos vulnerables, como exdrogodependientes, víctimas de violencia de género y personas con discapacidad. «Nos impacta ver cómo hay gente que nunca ha tenido ni una primera oportunidad. Aquí demostramos que el talento no entiende de etiquetas», ha explicado Poal. Su metodología de trabajo ha permitido que cada bocadillo se prepare en 1 minuto y 45 segundos, optimizando procesos y asegurando un modelo de negocio rentable y escalable.
Pero más allá del impacto social, B de Bocata busca cambiar la percepción sobre el bocadillo como producto gastronómico. Con opciones como el Romántico (roast beef con salsa café de París) o el Maradona (secreto ibérico con chimichurri), Poal defiende que los bocatas pueden estar a la altura de las hamburguesas o las pizzas en el mercado gastronómico premium. «Si pagamos 13 euros por una hamburguesa, ¿por qué no por un bocata de alta cocina?», ha planteado. Con su visión innovadora y su compromiso social, B de Bocata se posiciona como un referente en el sector, demostrando que la rentabilidad y el impacto pueden ir de la mano.
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